Recuerdos.

Somos un instituto que hace muchas cosas interesantes, divertidas, creativas. . . En muchos centros sucede esto mismo, lo sabemos. Pero también somos conscientes de que hacer memoria histórica es importante. Nuestra intención es poder recoger algunas de estas experiencias. Ya contamos con una revista y una página web fantásticas y pretendemos trabajar en esta misma dirección. La finalidad no es otra que jugar una vez más con las letras, con las palabras, con las imágenes, con los sonidos, con los colores. . . y a través de ellos comunicar, compartir, ilusionarnos y recrear momentos mágicos del mundo de la enseñanza. El objetivo es hacerlo a través de la fantástica mirada de los alumnos. Con su ingenio y su percepción iremos construyendo este blog.

dimarts, 24 de febrer del 2015

“Elefant”

Entrevista a Néfer Rovira, artista y profesora de visual y plástica.
Vamos a intentar conocer un poco más a fondo la obra del “Elefant" y consecuentemente a su creadora. 


-     ¿Con que manifestación artística te identificas más?
En mi cabeza y en mi corazón hay muchos cuadros que me gustan muchísimo y que me emocionan: Adán y Eva de Dürer, un Goya, un Bosco, la pintura flamenca, el arte expresionista alemán, el abstracto americano, el impresionismo francés…
Me conmueve las esculturas de Oteiza más que las de Chillida. Me gusta más el Millares que Tàpies, ya que considero que es precursor de este. En definitiva, me gustan todas las obras de arte siempre y cuando sean buenas. Pero me identifico mucho más con el arte anónimo: prehistórico, egipcio, románico…Siempre me imagino que si hubiese vivido en esas épocas yo también pintaría en las paredes sin tantas pretensiones, como una función más de la sociedad del momento y sin tener que firmar. La firma de autor, es un invento narcisista del Renacimiento.

-     ¿Cómo se puede compaginar ser artista con ser profesor?
Reflexionando sobre los años ya pasados, mirando hacia atrás, diría que en realidad sí se puede compaginar. Yo he efectuado gran parte de mi obra siendo profesora.
Muy de vez en cuando solicito permisos por asuntos propios sin ninguna retribución económica. A cambio no voy de vacaciones y dejo de hacer cosas que me suponga gastar dinero. Estos periodos de tiempo que me he quedado en casa, me ayudan a encontrar mi centralidad y a equilibrarme un poco. Pero esta porción de tiempo ante tantos años de docencia es insignificante. De hecho, aunque no pinte no paro de imaginarme cuadros. Trabajar de este modo no lo aconsejo a nadie; es agotador y a lo largo de los años pasa factura: cansancio y tristeza. Diría que es una presión excesiva.
Hablando con franqueza, en realidad, no se puede compaginar: son dos mundos muy densos y profundos, con tantos matices que a veces pienso si podré ser profesora o ser pintora en mi próximo proyecto, en mi próximo curso.


-     ¿Puedes explicar el proceso de creación de esta obra de arte? ¿Qué sentido metafórico tiene? ¿Cómo aparece la idea?
Por mi modo de ser, me cuesta decir que no; así que, cada vez que el centro me pide que cree una imagen, lo hago. En el fondo me gusta hacer cosas diferentes para romper la rutina. Empiezo a pensar como dar forma a todas estas cuestiones sin que se tenga que gastar mucho dinero.
Se me ocurrió aprovechar el mobiliario del instituto para hacer grandes estructuras ensamblándolos y forrándolos con film transparente.
A todos los alumnos que tengo en este momento los responsabilizo de una parte del montaje: USEE, tercero, cuarto, segundo, pasarelas y a veces algún alumno expulsado que encuentro en la entrada del instituto o en el comedor.
No quería hacer ni un árbol de Navidad ni un camello. Se me ocurrió lo del elefante, como animal exótico. Pero en realidad quería vengarme de un rey estúpido que por diversión se atreve a asesinar un animal tan bello. Encima, hace ostentación fotografiándose con el elefante abatido. Aquella foto, se me quedó grabada: el animal murió con la cabeza apoyada a un árbol. Es un gesto “in extremis” que muchos animales hacen cuando les faltan las fuerzas intentando así que la columna se tensione para poderse mantener erguidos. Las patas doblegadas hacia atrás redondas y fuertes me conmueven, con las pezuñas que parecen arcos.
Los elefantes, siempre tienen un rostro muy amable, como los delfines. Se mueven lentamente mirándote de reojo sin malicia alguna.
Este rey necio no se entera de nada. Cada arruga de un elefante refleja la orografía y la climatología del paisaje, es el resultado de miles de años.
Muchas veces pienso en los elefantes. Me gusta la curvatura de la columna vertebral que termina en cola, la barriga grandota de un herbívoro, las orejas –abanico- (a mí me iría bien tenerlas), la trompa con sus cinco sentidos… Las crías hacen caras de inocentes. También conozco un relato en donde a un elefante pequeño se le hacen caracolillos de mar en las comisuras de las orejas porque vive cerca del Mediterráneo.
Me da rabia que mi venganza simbólica me dé tanto trabajo mientras el rey, con una voz de embudo viejo, lo único que dijo es: “lo siento mucho, no volverá a ocurrir”. ¡Faltaría más!
Yo haría una postal de la monarquía española donde apareciera la fotografía de la pata de un elefante aplastando una corona Real y el sello postal con la cara de cualquier retrato de los esperpentos de Goya.
La idea aparece cuando sentada, observando a los alumnos en clase, me imagino también las mesas, sillas y taburetes de otra forma.
¿Se puede enseñar a un alumno a ser sensible y a apreciar una obra de arte?
Sí, aunque yo siempre trato a los alumnos desde su propia sensibilidad que ya tienen innata. A partir de este punto es importante que el alumno se exprese. Es un proceso dificultoso porque no hay unas condiciones óptimas para dar un margen amplio a los alumnos. También yo a menudo no tengo fuerzas. Las obras de arte se pueden enseñar, explicar, mostrar y redescubrir.
Hace muchos años fui profesora de plástica en una escuela de la Diputación de Barcelona; solo duré un trimestre ya que quise hacer una exposición de sesenta títeres en “Els Quatre Gats”. Envié unas frases a la responsable del Departamento de Educación de la Diputación en la que les decía que quizás, esta exposición, también era una forma de enseñar.

-     ¿Cuáles son vuestros objetivos en la clase de Educación Visual y Plástica?
Que los alumnos trabajen desde el principio hasta  el final de cada proceso. Que valoren el libro y que se respeten entre ellos.
Que haya un equilibrio entre el contenido y la manera de expresarse de cada persona. Que se sientan bien en la hora de plástica.

-     ¿Qué dificultades te puedes encontrar al impartir tu materia?
Dispersión, malos hábitos (posturales, de relación, de estructura mental errónea o poco saludable), autoestima muy baja, desorientación, masificación. Pocas horas de currículum en la etapa de ESO con un temario desbordante. Falta de espacio. También puede suceder que la saturación de situaciones pueda bloquearme. Creo que los profesores tienen que ser jóvenes si se quieren impartir unas clases dinámicas y más arriesgadas.
Por parte de la mayoría de los alumnos la gran dificultad es la poca autonomía y la pereza a la hora de pensar soluciones.
Aun así, estoy contenta de mis alumnos; ellos me han enseñado muchas cosas que yo no sabía. 

Entrevista realizada por: Maria Sánchez García


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